El objetivo: frenar el negocio ilícito de la compra y venta de celulares robados. A pesar del intenso operativo, no se realizaron arrestos en el lugar, pero las autoridades continúan investigando a aquellos que reciben dispositivos de dudosa procedencia.
Desde las primeras horas de la mañana hasta la siesta, los locales comerciales fueron registrados minuciosamente por los policías del Departamento de Investigaciones (DDI). La acción policial se enmarca en una serie de robos de celulares ocurridos a lo largo de este año, donde se sospecha que estos establecimientos podrían estar involucrados en la recepción y posterior venta de dispositivos sustraídos.
La operación busca desarticular una red delictiva que opera en el comercio ilegal de teléfonos móviles, afectando la seguridad y el patrimonio de la comunidad. Aunque no se realizaron detenciones durante los allanamientos, las autoridades han dejado en claro que la investigación continúa y que se busca identificar a los responsables de este delito.
La lucha contra el comercio de celulares robados es un desafío constante para las fuerzas de seguridad, que buscan proteger a la población y desmantelar estas redes criminales que operan en el mercado negro.