La historia del club, que inició con la visión de Milo Franzini y un grupo de entusiastas puntanos hace 66 años, ahora enfrenta una amenaza inminente: la posibilidad de perder su sede en manos de funcionarios gubernamentales que parecen ignorar su legado. La preocupación entre los dirigentes es palpable, ya que el Autódromo es mucho más que un simple espacio deportivo; es un símbolo arraigado en la identidad de San Luis.
La Secretaría de Deporte ha comunicado a los dirigentes que el predio permanecerá bajo el control del Gobierno, lo que ha generado consternación y desconcierto entre aquellos que han dedicado su vida a mantener viva la llama del club. Para ellos, perder el Autódromo sería un golpe devastador, una afrenta a la memoria de quienes lo fundaron y a todos los que lo han hecho prosperar a lo largo de las décadas.
La historia de este club es una historia de pasión, dedicación y sacrificio. Desde sus humildes comienzos en 1958, ha sido un faro para la comunidad deportiva de San Luis, un lugar donde se han forjado amistades, se han alcanzado logros y se han vivido momentos inolvidables. Ahora, enfrenta su prueba más difícil, pero los dirigentes están decididos a luchar con todas sus fuerzas para preservar su legado y evitar que la historia del club se convierta en una mera anécdota en los libros de historia.
En estos momentos de incertidumbre, queda claro que el Autódromo es mucho más que un simple terreno; es el corazón y el alma de un club que ha dejado una huella imborrable en la comunidad de San Luis. Los dirigentes apelan a la sensibilidad y la comprensión de las autoridades para que reconozcan el valor incalculable de este espacio y tomen las medidas necesarias para protegerlo y preservarlo para las generaciones futuras.