El politólogo Marcelo Leiras, investigador del Conicet, especialista en política comparada y director de la Maestría en Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés, observó que lesa medida representa un "retiro del Estado" bajo el argumento "de la libre competencia" entre partidos en materia de financiamiento, algo que ocasiona el riesgo de que una empresa que haya financiado a determinado candidato quede al frente de un determinado negocio a modo de agradecimiento.
"Eso es peligroso, insensato y muy poco saludable" para la sociedad, opinó Leiras en diálogo con Télam.
En efecto, en el proyecto "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos" se fija la eliminación de los topes de aportes de dinero de personas físicas y empresas en las campañas, a lo que se suma el fin de la publicidad gratuita en radio y televisión para los partidos políticos con miras a una votación.
El politólogo Juan Negri, director de las carreras de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, consideró que la "liberalización completa del financiamiento de las campañas electorales es una muy mala idea" porque la intervención de "grandes grupos económicos, que tienen fondos ilimitados" puede generar "mucha desigualdad en la competencia e introduce los intereses privados de particulares en en la política".
"Los representantes elegidos quedan, de esa manera, muy condicionados a los grupos o a los actores que financiaron la campaña. Eso no quiere decir que no pase algo de eso, actualmente, pero se exacerbaría", agregó en declaraciones a Télam.
Leiras y Negri coincidieron en que esta medida de eliminar las restricciones al financiamiento privado es similar a una planteada en 2010 por la Corte Suprema estadounidense, que utilizó el argumento de que poner un tope a los apoyos económicos suponía una restricción de la libertad de expresión.
A partir de ese momento "las campañas electorales en Estados Unidos son costosísimas y los intereses privados o particulares tienen mucha influencia en el sistema político. Es una especie de plutocracia", comentó Negri.
Por su parte, el exjefe de Gabinete Juan Abal Medina señaló que, de esa forma, "un candidato puede contar con el apoyo de un banco y enfrentarse a otro que tiene el respaldo económico de una empresa de cereales", según consideró al ser consultado por esta agencia.
En tanto, Pablo Secchi, director ejecutivo de la fundación Poder Ciudadano, explicó a Télam que al poner fin a los límites que rigen a los aportes de privados se dará una suerte de "privatización" de las campañas electorales.
A esta situación se sumará la modificación en el mecanismo de elección de diputados por circunscripciones uninominales, que motivará que los eventuales aportantes de una campaña decidan hacerlo financiando a los candidatos con mayores chances de triunfo "en detrimento de los partidos más chicos y sus electores, que pueden quedarse sin una representación" en el Congreso, apuntó Secchi.
"La supervivencia de estos partidos estará ligada a la dependencia de quiénes los financien y de los montos", concluyó.