El descalabro inflacionario destrozó todo tipo de previsión de las organizaciones sindicales y abrió un panorama de paritarias permanentes que al día de hoy no encuentra techo. Negociaciones a cielo abierto marcan el pulso de una carrera desenfrenada para, al menos, alcanzar a la inflación.
Un pantallazo por los principales acuerdos refleja el marco de situación, con la promesa siempre presente del primer mandatario Alberto Fernández: «los salarios le van a ganar a la inflación».
Bajo ese manto se llevan adelante las disputas salariales. Una de las primeras en firmarse fue la paritaria nacional docente. Fue en febrero por un 45,5%, en lo que por ese tiempo era la pauta salarial oficial, también utilizada un mes después para subir el salario mínimo.
Le siguió el acuerdo salarial de la UOM: 45% por nueve meses con revisión, en la última negociación de Antonio Caló antes de ser derrocado. La paritaria abrió camino al resto de las discusiones del ámbito industrial, pero rápidamente quedó pulverizada y desactualizada.
Por esos días, también cerraron en 45%: Ladrilleros, Obras Sanitarias, Remises, entre otros que optaron por acuerdos que llegaron a rozar el 50%. Panaderos porteños acordaron un 48% con revisión.
Otros gremios, fueron por paritarias cortas entre 4 y 6 meses. Los primeros fueron SOEME con un 25%, los Serenos de Buques con un 30%, UTEDYC con acuerdos entre el 29 y 33%, Luz y Fuerza con el 35%. Más adelante acordaría Camioneros un 31% por un semestre. Los entendimientos semestrales llegaron hasta el 48%.
Por 9 meses acordaron los gremios de la Carne de la FESITCARA, con un 50%; el sindicato del seguro con un 46,6% y los docentes y no docentes universitarios por un 41%. En todos los casos con instancias de revisión.
En abril llegaría el quiebre y la primera sepultura de toda previsión. El índice oficial de precios de consumo del INDEC de marzo llegó al 6,7% con una inflación trimestral del 16,1% y una interanual del 55,1%.
Con un panorama oscuro y la presión de la CGT, el gobierno decretó un adelantamiento de las negociaciones paritarias aún no abiertas y el comienzo de una maratónica convocatoria por parte del ministerio de Trabajo a gremios y empresas.
La primera paritaria adelantada en cerrarse fue la de la industria del vestido. El FOIVA acordó un 53,4% en dos tramos presagiando una suba de los porcentajes para las próximas semanas, que finalmente ocurrió.
Con los cierres de las paritarias 2021-2022 aún por resolverse, las organizaciones sindicales comenzaron a negociar las pautas del nuevo período en conversaciones que se volvieron permanentes y que en mucho casos se acordaron en simultáneo.
Es el caso del gremio de Pasteleros que llevó adelante negociaciones para cerrar convenios por vencerse e inaugurar los nuevos períodos. La organización fue una de los sindicatos que marcaron el inicio del nuevo rumbo paritario: aumentos del 60% con impacto directo en el bolsillo y hasta dos instancias de revisión.
Al club del 60 -aún vigente pero con señales de salida- se sumaron: Lecheros, Maestranza, Bancarios, Estatales nacionales, bonaerenses y porteños, Comercio (59,5%), Sanidad (59%), Gastronómicos (59,5%), Alimentación (59%), Maestranza (59%).
Un puñado firmó por arriba de esa marca: Químicos (63%), Calzado (62,1%), Construcción (62%) y Molineros (61%).
Más adelante se conocería el IPC de abril con un 6,1% que llevó el acumulado de 2022 a 23,1% y el interanual al 58%. Hoy las previsiones privadas se animan a hablar de una inflación total arriba del 70%.
Un caso particular sucedió en la seguridad privada: la UPSRA abrochó un aumento de casi el 86% en una actividad visiblemente golpeada con años de salarios pulverizados y fuerte desfragmentación sindical. El porcentaje obtenido en los próximos días podría ser superado en el sector seguridad por el gremio de los controladores de admisión y permanencia SUTCAPRA con un acuerdo que treparía a los tres dígitos y marcaría el nuevo récord 2022.
Otra lógica siguieron SMATA, la federación de trabajadores de farmacia y los petroleros de la FASiPeGyBio que dieron curso a negociación por bimestre o trimestre para llevar de cerca la negociación.
En el caso de los mecánicos se trata de una modalidad implementada hace casi una década con actualización automática a trimestre vencido. En tanto, los petroleros optaron este año una suba del 21% desde mayo para los trabajadores de yacimientos con el compromiso de discutir en julio la pauta total anual. En las ramas refinerías y gas licuado, optaron por un acuerdo del 30% por cinco meses.
Así las cosas, las paritarias 2022 se centran en un marco de gran incertidumbre con negociaciones permanentes, en muchos casos con actividades aún recuperándose de los efectos de la pandemia de Covid-19 maniobrando entre resguardar los empleos y preservar el poder adquisitivo.
Para los próximos meses se espera un panorama de revisiones constantes, con actividad intensa entre septiembre y noviembre. Paritarias para siempre.