Ubicado en el campus de la Universidad de La Punta, el PALP es un espacio que ofrece propuestas de divulgación científica para explorar el fascinante mundo de la astronomía, a través de distintas actividades para toda la familia. En un paseo interactivo se pueden visitar: el Planetario, un simulador del cielo de San Luis; el Solar de las Miradas, un espacio temático con réplicas de instrumentos pre-telescópicos; el muro “Del Big Bang a las Galaxias”, obra que recrea en forma física y virtual los tres primeros minutos del universo, y el Observatorio “Buenaventura Suárez”, que permite al usuario operar a la distancia un telescopio remoto.
Investigadores de Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, analizaron las mudas (exuvias) de insectos denominados Notonectidae, que habitaron el área de lo que es en la actualidad la Formación La Cantera, ubicada en el Departamento General Belgrano de la provincia de San Luis, hace unos 110 millones de años. La familia de los insectos cuyos restos fueron hallados se caracteriza por vivir bajo la superficie del agua, y por tener hábitos cazadores y predadores.
Rafael “El Chocho” Arancibia Laborda nació el 26 de junio de 1917 en la Provincia de San Luis, aquerenciándose en la ciudad de Villa Mercedes de la misma Provincia y llegando a ser uno de los más reconocidos exponentes del cancionero folclórico cuyano.
Una labor sobresaliente como autor y compositor, dejando con sus canciones una huella imborrable en el cancionero puntano.
“Pretender encerrar en unas pocas páginas la vida de ‘El Chocho’ Arancibia es absolutamente imposible, sobre todo, para un hombre apasionado que puso toda su fuerza y energía creadora en el canto puntano, la política y la docencia, a tal punto que su paso por la vida lo convirtió en símbolo y ejemplo de su provincia, a la que tanto amó y a la que tanto le dedicó”. Este es el primer párrafo que se extiende bajo el título “Un Corazón Sanluiseño”, del libro “Caminito del Norte: el cancionero y la historia de Rafael ‘Chocho’ Arancibia Laborda”, que escribieron Oscar Valles y Ricardo Gutiérrez, editado en San Luis en 1993. Esas pocas líneas describen lo que significaba San Luis para el destacado intérprete, autor y compositor que falleció un 19 de abril de 1983, a los 56 años.
Era hijo de Ricardo Arancibia Rodríguez y de Primitiva Laborda. Estudió en la Escuela Normal “Juan Pascual Pringles” de la Ciudad de San Luis, de la que egresó como maestro normal nacional. A los 24 años se casó con María Antonia Raffa, con quien tuvo tres hijos: Esthér, Rafael y Celia Inés.
Según expresa el libro “San Luis, Hombres y Mujeres Constructores de Su Historia”, de María Graciela Mulhall, ejerció la docencia durante 20 años como maestro de grado y como profesor en el Colegio Nacional “Juan Esteban Pedernera” y en la Escuela Industrial de Villa Mercedes, pero a la vez se dedicó apasionadamente a la música.
En 1964 tuvo el cargo de director general de la Primera Red Argentina de Emisoras Splendid y al año siguiente, en 1965, fue designado prosecretario del Senado de la Nación por el voto de la Cámara de Senadores. Este cargo lo desempeñó hasta 1976.
Como expresan Valle y Rodríguez en el libro sobre la tarea musical de Rafael Arancibia, se destacó como intérprete, pero su labor sobresaliente fue como autor y compositor de himnos del cancionero sanluiseño. Además, explican que habitualmente, actuaba como solista o a dúo con Jorge Arancibia Laborda (“El Flecha”), sin embargo integró un grupo que hizo historia: “Los Coyuyos del Chorrillo”, que actuó en Radio Belgrano, constituyéndose en una consagración que generó orgullo en la comunidad de San Luis.
El amor que Arancibia sentía por la música iba más allá de cualquier límite geográfico, ya que sus pares lo reconocieron como uno de los luchadores que buscó unir todas las expresiones de la música nacional y defenderlas como si fuera una sola.
Cueca cuyana Letra y Música de Rafael Arancibia Laborda (“El Chocho”)
Primera parte
Va volando mi pañuelo, tras un galope serrano
por el caminito que va pa'l norte allá en el confín puntano.
A mi frente se divisa, inmensa mole azulada
es el imponente Comechingones con sus crestas escarpadas.
Cada borde del camino guarda una nueva emoción, cada suspiro del pecho lleva vida al corazón.
(Aura) Me gusta el aire serrano y par’ eso soy puntano.
Segunda parte
Crucé por Carpintería, galopié hasta Cortaderas
me quedé extasiado en Los Papagayos con su encanto de palmeras.
Si digo que Piedra Blanca parece un reino celeste
yo no se con que lo compararía al bello Rincón del Este.
Serranías encantadas aire verdor y pureza, quien no conozca mi tierra no sabe lo que es belleza.
(Aura) Me gusta el aire serrano que par’eso soy puntano.
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