Se podría plantear esto como un aporte de racionalidad que trascienda a la emoción contenida por este 2023 –nefasto para quienes queremos una Patria libre, justa, soberana y solidaria– o bien como una celebración de la figura de Juan Román Riquelme, el ídolo de mi infancia, devenido hoy en super-ídolo ya pasados mis treinta, al asumir como Presidente del Club Atlético Boca Juniors, el cuadro más grande de la Argentina y el Mundo. Porque Román, además de estandarte futbolístico y futbolero, es también estandarte (de mínima, cultural) de la resistencia del Pueblo contra los cajetillas (y no tanto) saqueadores de siempre.