¿Cuándo fue que nos volvimos obedientes a ciertos mandatos?, mandatos que nos obligan a trabajar como esclavos para obtener un mísero salario a fin de mes y luego volver a comenzar día tras día como si la vida fuera una calesita sin fin. ¿Dónde quedó la experiencia vital del recreo, de la holganza, del esparcimiento, del no hacer nada? ¿Por qué el trabajo dignifica y la holganza es perseguida y vilipendiada?