Pase lo que pase, a partir del 10 de Diciembre el escenario político provincial ya no va a tener su figura central. Cometiendo la osadía de comparar a Cristina con Alberto, me aventuro a pensar que será no del Alberto persona, sino del que nos interesa: El político. A la ex presidenta le costó encontrar ese rol en la política, pero ya no en la centralidad absoluta.
Alberto es el que más allá de errores o virtudes, logró continuar la transformación de la provincia, sucediendo a su hermano, en una relación que seguramente deparará nuevos capítulos. Se lo notaba sereno en el acto que usamos de excusa para justificar estas líneas. En su discurso del Lunes dieciséis, fue enfática la apelación a Eva y a la unidad nacional, marcando una reconciliación entre el ímpetu juvenil y el peso de la experiencia.
Massa en tanto también está en momentos definitorios. Su suerte política dependerá del resultado del próximo domingo. Una entrada en el Ballotage lo pondría a un paso de la presidencia y de la conducción del peronismo que viene. De lo contrario, dependiendo de lo que pase en la provincia de Buenos Aires, el peronismo será parcelado por distintos sectores.
Reafirmo, la incógnita planteada en esta oportunidad es el rol político del dirigente sanluiseño, luego de tantos años al frente de un proyecto político de relevancia nacional indiscutible.
Alguien dijo por ahí que lo más difícil era el retiro. De cualquier actividad. Los deportistas, los artistas, todos nosotros, en menor o mayor medida, sabemos que el momento de dar un paso al costado está ahí. Hacerlo a tiempo, piensan algunos, es la muestra máxima de sabiduría. A ver qué sucede.